¿Cómo definir un viaje maravilloso? Lo he intentado ya en dos ocasiones antes y es prácticamente imposible, se terminan los adjetivos. Esta vez fue Myanmar, un país aun por explorar, cientos de sonrisas y sensaciones por descubrir, cientos de momentos para perderse y encontrarse tanto geográficamente como interiormente, cientos de gracias por dar.
Coincidí nuevamente con Emma, un encanto de mujer y una coordinadora maravillosa. Sus clases de yoga revitalizan cuerpo y mente y con un grupo de gente estupendo. No se cómo, pero siempre en este tipo de viajes coincido con personas que piensan y sienten como yo… ¿Suerte? No creo.
Si estas leyendo esto y tienes dudas, no lo dudes y déjate llevar… estás en buenas manos. ¡Gracias!