Sri Lanka es un país alucinante y si encima lo conoces de la mano de casi una cingalesa más, muchísimo mejor. Mónica te da la libertad de hacer lo que quieras – esa es la filosofía del viaje – con la absoluta tranquilidad de saber de lo que habla y a dónde te lleva. Recorrería otro país con ella sin pensarlo!!!!
Era una novata en el mundo del yoga, y la dulzura, el cariño y la espiritualidad con la que también nos guió en sus clases enganchan incluso a los que consideramos que el yoga era un complemento más del viaje!
A mi paisana, muchas gracias por una experiencia inolvidable!