China Tíbet Nepal
RUTA DE AGOSTO
6-29 agosto´20 | 24 días
Días 1 a 5
La primera toma de contacto:
Pekín y la Muralla China
Nuestro viaje comenzará en Beijing o Pekín, la gran urbe, la cosmopolita, el corazón de China, la vibrante capital pero también la tradicional, la artesana, la escondida…
Repleta de rincones soñados desde que éramos pequeños como la “Ciudad Prohibida”, la plaza de
Tiananmen, el Palacio de verano o el Templo del cielo, pero también de rascacielos iluminados, pantallas gigantes, callejones y laberínticos “hutongs” que comparten espacio en peculiar armonía con mercadillos de comida, artesanía y comercios de todo tipo en cada esquina. Pasearemos entre sus parques y comenzaremos con nuestras sesiones de yoga seguramente acompañados de grupos de gente locales que como nosotros están realizando sus actividades diarias de taichi, chikung o yoga. ¿Un masaje de pies para reponernos del largo viaje?
Desde Pekín realizaremos una excursión para descubrir la Gran Muralla China, una de las maravillas del mundo construída hace más de 2000 años para protegerse de las continuas escaramuzas de los mongoles y hoy en día símbolo perenne del país y del mundo entero.
Días 6 a 8
Descubriendo la China profunda
Nos despediremos de la vibrante capital para sumergirnos a explorar la interesante región de Shanxi y nos desplazaremos hasta Pingyao, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y considerado como uno de los pueblos más bonitos de China al conservar su esencia medieval y tradicional en un país donde el cemento barre con todo y donde por suerte el turismo aún lo mantiene vivo.
Pasearemos por sus pintorescas calles amuralladas repletas de farolillos rojos iluminados que nos harán sentirnos como si nos hubiesen transportado a la China imperial respirando el ambiente que se vive en una ciudad rural.
Gran parte del encanto de Pingyao reside en sus centenarias casas de madera con patio central o “siheyuan” donde podremos observar como muchas familias locales siguen viviendo en las casas de sus ancestros entre restaurantes, hoteles y tiendas de artesanía reconvertidas para el turismo.
Para acabar nuestra excursión en la region de Shanxi nos desplazaremos hasta Xian, la que en su momento fue la mayor ciudad del mundo junto a Roma. Allí visitaremos el barrio musulmán y su mezquita, las distintas torres, pagodas y numerosos mercados de esta ciudad amurallada. En los alrededores de Xian no podemos olvidarnos del famoso ejército de 6.000 guerreros de terracota (también Patrimonio de la UNESCO), descubierto casualmente hace más de 30 años por unos campesinos y construídos hace mas de dos siglos para proteger al emperador en su vida del más allá.
Días 9 a 12
Y por fin… ¡El Tíbet!
Desde Xian comenzará nuestra aventura tibetana tomando el famoso tren del cielo: una obra maestra del ingenio humano y una obsesión de China que consiguió trazar una línea de ferrocarril desde Pekín a Lhasa (la capital de Tíbet) en un tramo de más de 4.000 km y cruzando puertos de montaña que superan los 5000 metros de altitud, como el paso de Tanggula, lo que le sitúa como el tren más alto del mundo.
En un precioso viaje de casi 2 días, disfrutaremos contemplando como el paisaje va cambiando paulatinamente mientras vamos cruzando las provincias de Shaanxi, Gansu y Quinghai hasta alcanzar Tíbet.
Pero no nos aburriremos, ya que entre las amenas conversaciones en el vagón restaurante, pequeños estiramientos en los pasillos que nos ayudarán con la presión de la altitud, las partidas de cartas con nuestros vecinos chinos de camarote y los increíbles paisajes que contemplaremos por la ventanilla, el viaje se nos hará más corto de lo que nos imaginamos.
Llegaremos por fin a la ciudad santa de Lhasa, la ciudad prohibida a los viajeros durante tantos siglos, la ciudad de monjes y peregrinos y el anhelado hogar del exiliado Dalai Lama. A 3790 metros sobre el nivel del mar, los primeros días serán de aclimatación para adaptarnos a la altura. A partir de esta parte del viaje, cada día las sesiones de yoga y meditación se adaptarán al ritmo y situación fisica del grupo. Habrá días con clases de asanas o estiramientos muy suaves que nos ayuden a sobrellevar y recuperarnos de la altitud, otros, con meditaciones en templos y monasterios tibetanos o sesiones de pranayama que faciliten la oxigenación de nuestro cuerpo y mente.
En Lhasa visitaremos y subiremos las escaleras del gran Palacio de Potala, pasearemos por el barrio del Barkhor y sus mágicos rincones, contemplaremos (y si nos apetece incluso nos uniremos a la “kora”) con cientos y cientos de peregrinos que dan una vuelta tras otra alrededor del conjunto monástico del Jokhang, el famoso templo de las postraciones y donde veremos a muchos de ellos arrastrándose, para acumular más méritos de cara a ganarse un mejor renacimiento.
Días 13 a 24
Adentrándonos en los Himalayas
Nos despediremos de la bella capital para embarcarnos en un tour por la region tibetana donde comenzará nuestra visita por el techo del mundo y el corazón de los Himalayas.
Literalmente atravesaremos Tíbet en un espectáculo de paisajes lunares, montaña desértica, lagos turquesa, glaciares y por supuesto siempre rodeados de banderas de oración ondeando en cada rincón, casa o tendido eléctrico con el mantra tibetano más famoso “Om mani padme Hum”. Emprenderemos nuestro periplo rumbo a Gyantse en la provincia de Tsang, conocida por ser una de las poblaciones más agradables de Tíbet y famosa por albergar el chörten (santuario tibetano) más grande del país. Seguimos recorriendo la denominada “carretera de la amistad” que une Lhasa con Katmandú, para dormir en la segunda ciudad de Tíbet, Shigatse donde visitaremos el monasterio Tashilunpo, sede del Pachen Lama.
Seguiremos y seguiremos adentrándonos cada vez más en el reino de las montañas de los Himalayas subiendo pasos tremendamente altos con valles donde los glaciares llegan en algunos momentos a los pies de la carretera y donde nos encontraremos a más de un grupo de simpatiquísimos nómadas tibetanos.
Visitaremos el milenario monasterio de Sakya y el de Rongbuk, el monasterio más alto del mundo a más de 5000 metros de altura vislumbrando a lo lejos dos conocidos montes “ochomiles: el Xishapagma (8,212m) y el Cho Oyu (8,201m)
Si el tiempo y las autoridades chinas nos lo permiten nos aproximaremos al campamento base del Everest para tratar de contemplar frente a nosotros al gigante de la tierra y para al día siguiente cruzar a Nepal. En la frontera cambiaremos transporte para llegar hasta Katmandú donde observaremos que el paisaje ha cambiado totalmente: todo tiene un aire y naturaleza más tropical y las áridas montañas nevadas ya han quedado atrás. Disfrutaremos de los últimos días del viaje en Katmandú y sus alrededores donde si todavía nos quedan fuerzas y ganas podremos visitar mágicos lugares como la estupa de Boudhanat, Pashupatinath y sus ghats o la ciudad medieval de Baktapur.
Desde Katmandu tomaremos un avión para emprender el viaje de regreso a casa para finalizar un viaje que seguro siempre quedará grabado en nuestra memoria.