Saboreando aún mi tercera experiencia Apasho, porque el término viaje se queda corto. Me veo con la necesidad de compartir la receta de las «Apasho experiencias»:
Pongamos una mochila, ligera de equipaje y cargada de energía positiva y alguna que otra duda.
Le agregamos una aventura en moto con mis ya hermanos los easy riders.
Lo aderezamos con la magia del yoga.
Lo horneamos a fuego lento con un grupo de compañeros que pasan a ser más que amigos.
Lo presentamos en unos escenarios de ensueño.
Todo esto magistralmente cocinado por un coordinador, en mi caso mi querida Mónica.
Y el resultado final siempre es «mágico».
¡Alive!