Intentar expresar con palabras toda esa amalgama de sentimientos que ha supuesto este viaje para mi es una tarea ardua y harto imposible ya que quedaría muy alejada de la realidad y bajo ningún concepto lograría hacer llegar a los posibles interesados todo lo que ha significado esta experiencia para mi, en el que ha resultado ser el mejor viaje de mi vida.
Ya no es porque Sri Lanka sea un paraíso y sus gentes las mas amables y sonrientes que he conocido hasta ahora, ya no es porque la gente que suele sentirse atraída por esta forma de viajar diferente y especiale, ni tampoco porque hayamos tenido la suerte de que nuestra guía e instructora de Yoga y meditación haya sido Mónica Llorente, un ser especial que deja huella y con la que es muy fácil estar presente y dejarse llevar porque sus consejos y decisiones son siempre acertadas y fruto de su experiencia y forma de ver y sentir la vida.
Me llevo cientos de imágenes en mi cámara pero otras miles en mi memoria e incontables momentos y conversaciones a luz de la luna y las estrellas en esos cielos que nos regalaba este maravilloso país, dando igual donde estuviéramos. Qué gusto da fluir así, qué gusto da viajar así… cuánta felicidad concentrada en unas semanas…
Me fui con muchas preguntas y me volví con incontables y valiosas respuestas y con la sensación de que mi vida me había cambiado y que había iniciado un nuevo camino que ya no tendrá vuelta atrás.
Por favor, vívanlo… déjense llevar y tan solo SIENTAN… Namasté