Solo cuando se acaba un viaje y vuelves a la realidad del día a día, es cuando te das cuenta realmente de lo que has vivido. En mi caso me está costando muchos más días de lo pensado poder dejar atrás todas estas vivencias. Viajar con Mónica es como un paseo suave, relajante, ella lo hace todo fácil. Se puede decir que no es un viaje, es un sinfín de sentimientos encontrados y compartidos dentro de un magnifico paraje de espectaculares paisajes.
Gracias por este regalo del universo un viaje que no olvidaré jamás. Námaste