Es la tercera vez que viajo a Asia y es la tercera vez que siento que soy más de allí que de aquí. Esta vez ha sido Myanmar, un país precioso y auténtico, en el que su gente hace que te enamores aún más. Es difícil describir con palabras lo que se siente al mirarles a los ojos, nobleza, pureza, timidez, amor, notas que un día todos fuimos así, notas que Dios está en cada uno de nosotros.
Viajar con Apashoyoga es sinónimo de éxito, slow travel, yoga, libertad, almas afines… Esta vez ha sido Emma la que nos ha ayudado y la que ha aportado su granito de arena en la evolución del Ser, mil gracias Emma. Tan resuelta, valiente y decidida, de mayor quiero ser como tú, jejejeje.
Nos volveremos a encontrar amigos. HARI OM TAT SAT