Viajar con Mónica a Vietnam ha sido un regalo, un regalo que decidí hacerme en un momento vital en el que paré para mejorar muchas cosas en mi vida, pero sobre todo, ha sido un regalo que me han hecho Mónica y todos mis compañeros de viaje, incluidos los fantásticos easy riders.
Salimos de Madrid a vivir nuestras vacaciones conociendo un país lejano y volvimos conociendo lejanos rincones de cada uno de nosotros. El hecho de que el viaje combine el turismo sostenible con yoga hace que sea único e inolvidable, el contacto con la naturaleza que ofrece Vietnam da la oportunidad de viajar en moto a través de un paisaje selvático con arrozales y búfalos de agua a cada lado de carreteras casi desiertas bajo la lluvia mientras meditas. Las sensaciones de libertad, liberación, alegría y calma son constantes durante toda la experiencia viajera.
Además, tuve la inmensa suerte de compartir Vietnam con un grupo de compañeros que ahora son amigos. Puede sonar a tópico, pero en esta ocasión es realidad. Coincidimos personas de diferentes edades y procedencias vitales, pero con incansables ganas de disfrutar y mucho cariño que compartir.
Definitivamente fueron unas vacaciones perfectas.