Nada más aterrizar, Delhi nos dará la bienvenida y será difícil de describir los primeros sentimientos y sensaciones que afloran. Te ves rodeado de gente y te pierdes en el caótico tráfico de sus calles, entre animales sueltos, vacas, rickshaws, tuktuks, tenderetes callejeros y gente, mucha gente… ¡Esto es India! Pero mama India es también la cuna mundial del yoga y la meditación, y es entonces cuando podemos transitar en apenas unos segundos, del bullicio incesante del mundo exterior al silencio y la paz del mundo interior. ¡Eso es lo que conseguiremos en este viaje!

Desde la capital nos desplazaremos hasta Agra, uno de los platos fuertes del viaje y más conocida mundialmente por albergar el mayor monumento construido por amor, el Taj Mahal. Este estallido de mármol blanco y una de las maravillas del mundo se tiñe con distintos colores según las horas del día ¿una sesión de yoga con el Taj Mahal de fondo?

Dejaremos Agra y tomaremos un tren nocturno nos llevará hasta Varanasi (Benares), la ciudad “eterna” situada a orillas del río Ganges y uno de los lugares de peregrinación más importantes del hinduismo. Disfrutaremos embarcándonos en la magia del amanecer y al atardecer para vivir de cerca el papel de este río sagrado y cómo la vida y muerte de los hindúes gira en torno a él. Desde sus aguas contemplaremos el devenir de sus habitantes por sus más de 84 ghats, presenciaremos sus rituales crematorios y baños purificadores mientras los aromas de sándalo o incienso inundan nuestros sentidos. Posiblemente, uno de los lugares más impactantes e intensos del mundo y que seguro, no nos dejará indiferentes. Desde Varanasi tomaremos un vuelo hacia Amritsar.

Cambiaremos de escenario y de paisajes para trasladarnos en un tren nocturno hasta Amritsar, al noroeste de India y epicentro de la cultura sikh y kundalini, donde hombres con turbantes y largas barbas inundan sus calles. Visitaremos el Golden Temple o templo dorado dejándonos invadir por la energía del lugar y viviendo en primera persona el “bhakti yoga” (el yoga de la devoción) y el «karma yoga» (el yoga de la acción) de una de las religiones más importantes del norte de la India, el sikhismo.

En nuestra visita a Amritsar seremos testigo día y noche de la constante vida y actividad de este lugar sagrado. Viviremos la atmósfera y espíritu que subyace la filosofía shik y comprobarás que el Golden Temple nunca duerme acogiendo a la multitud de familias y peregrinos sean de la religión que sean. Lejos de dejarnos indiferente, la región del Punjab nos regala también una gastronomía deliciosa plagada de sabores diferentes. Si las condiciones lo permiten podrás acercarte hasta la frontera con Pakistán para presenciar una ceremonia de bajada de bandera, que como todo en India, acaba siendo todo un espectáculo y festival.

Desde Amritsar y con los picos del Himalaya como telón de fondo, continuaremos nuestra ruta hasta Dharmsala para respirar la paz del budismo tibetano. Por un momento parecerá que hemos cambiado de país y es que estamos en la que llaman capital de Tíbet en el exilio, centro de peregrinación budista y hogar del Dalai Lama.

La animación de los vendedores ambulantes, las sonrisas de los niños y la paz de los monjes budistas harán que te sientas en una nube de energía positiva. Podremos visitar los monasterios budistas más importantes de la zona, acudir a clases de meditación con un Lama (monje Budista) o recibir clases de yoga con alguno de los maestros más famosos de toda India.

Nuestro último destino nos llevara hasta Rishikesh, la capital mundial del yoga y donde posiblemente se concentra el mayor número de ashrams del mundo (lugares para la práctica de yoga y meditación)

A los pies de los Himalayas y a orillas del nacimiento del Ganges, seremos testigos de la fuente donde hace siglos comenzó a brotar la sabiduría de los grandes maestros y gurús. Cada día visitaremos diferentes escuelas y centros de yoga donde podremos profundizar en la práctica de estilos como Hatha, Asthanga, Iyengar, Sivananda… No hay rincón sin un pequeño altar donde colocar incienso y flores, donde no se erija un templo o un ashram… Por algo, los Beatles eligieron Risikesh para buscar inspiración allá por los 60.

Presenciar el amanecer o puesta de sol en lo alto de las montañas, bañarte en el Ganges, hacer rafting, trekking, tomar un curso de masajes (¡o recibirlos!) o simplemente sentarte a contemplar… También habrá tiempo para las compras: joyería, ropa, cosmética natural ayurvédica y de los himalayas, tiendas de plantas medicinales, música, artesanía variada, especias …

Desde Rishikesh, regresaremos a Delhi para tomar el avión de vuelta a casa.

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